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La mayoría de los esfuerzos para promover la conservación de polinizadores están enfocados en mantener o incrementar el rango de plantas con flores disponibles para ellos. La razón es simple: las plantas con flores proveen néctar y polen, recursos esenciales para su subsistencia. Sin embargo, los polinizadores dependen de otros recursos que probablemente también determinan su supervivencia. Por ejemplo, el 80 % de las abejas silvestres nidifican en el suelo, por lo cual las condiciones del suelo pueden ser extremadamente importantes para el éxito reproductivo de estos polinizadores y, por ende, para su supervivencia. Asimismo, los suelos determinan la comunidad de plantas que se establece en un lugar, de manera que eso puede afectar indirectamente a los polinizadores, a través de los recursos florales. Sin embargo, pese al considerable impacto que las condiciones del suelo pueden tener para la conservación de polinizadores, éstas son raramente tenidas en cuenta cuando se comparan los efectos de diferentes estrategias de manejo de hábitats sobre las comunidades de polinizadores.
En este estudio, Buckles and Harmon-Threatt evaluaron los efectos que diferentes estrategias de manejo de praderas (fuego, fuego-producción de heno, fuego-pastoreo) tienen sobre el suelo y los recursos florales de los que dependen abejas polinizadoras. Asimismo, los autores evaluaron cómo esas prácticas de manejo pueden afectar directa e indirectamente (a través de cambios en el suelo y en los recursos florales) las tasas de nidificación, abundancia y composición de las comunidades de abejas silvestres. Los autores encontraron que diferentes estrategias de manejo, causan diferentes efectos en el suelo y en los recursos florales (siendo la estrategia de fuego la que tiene el menor impacto negativo), y que estos cambios, a su vez, alteran la composición de las comunidades de abejas y sus tasas de nidificación. Específicamente, mayor cantidad de suelo descubierto, mayor temperatura y menor humedad del suelo, así como mayor abundancia de flores, tienden a favorecer la abundancia de abejas y sus tasas de nidificación.
A pesar de que el fuego en estas praderas de Missouri (Estados Unidos) es usado para reducir la abundancia de especies invasoras y en especial leñosas, prácticas adicionales como la producción de heno y el pastoreo suelen ser utilizadas para simular el pastoreo de bisontes y remover biomasa. Sin embargo, el uso de estas prácticas adicionales parece tener un impacto negativo, tanto en los recursos de los cuales dependen las abejas, como directamente sobre las comunidades de abejas. Entre las recomendaciones que sugieren los autores para reducir el impacto de dichas prácticas sobre las comunidades de abejas, se sugiere la reducción de las cargas de pastoreo. Además, los autores aconsejan que las prácticas de manejo más adecuadas para estas praderas deberían ser aquellas que no incrementen la humedad del suelo, y que no disminuyan la temperatura o la superficie de suelo descubierta, para así mantener altas tasas de nidificación y con ello promover la conservación de polinizadores.
Entonces, ¿conservando flores conservamos polinizadores? Preservar los recursos florales de los cuales los polinizadores dependen es indispensable, pero puede no ser suficiente. Otros recursos utilizados por polinizadores, como recursos usados para la nidificación, tienen que ser incorporados en las evaluaciones de estrategias de manejo de hábitats, así como en evaluaciones de impacto producidas por cambios globales y en planes de restauración de hábitats. Teniendo en cuenta múltiples factores que afectan la supervivencia de los polinizadores podremos realmente mejorar las estrategias de conservación de los mismos.
Read the full article, Bee diversity in tallgrass prairies affected by management and its effects on above‐ and below‐ground resources in Journal of Applied Ecology.